Nota publicada en BAENegocios
El Gobierno de la Ciudad aún no tomó una decisión. IRSA controla la administración
El shopping Buenos Aires Design no pasa por su mejor momento. Uno de sus dos socios, Enrique Blaksley Señorans, propietario del 44% del paquete accionario y dueño del Hard Rock que allí funciona, fue detenido, acusado de lavado de dinero y estafa, la más grande de la historia argentina. Pero esa no es la única preocupación: la concesión del predio perteneciente al Gobierno de la Ciudad vence el 18 de noviembre y a siete meses de esa fecha, el municipio porteño no sabe aún que hará.
El fantasma del cierre preocupa a sus cien locatarios, en su mayoría compañías de muebles, que agrupadas en la Cámara de Empresarios Madereros y Afines (CEMA), le piden una respuesta urgente a IRSA, concesionaria mayoritaria del shopping. Por ahora, el grupo de la familia Elsztain, propietario del otro 56% de las acciones, no tiene esa respuesta. Ramón Villaveiran, gerente de Asuntos Públicos de IRSA, le confío a BAE Negocios que «la concesión vence en noviembre y la Ciudad aún no definió que hará. Nos preparamos para entregar la llave ese día, si la decisión es no renovar. Estamos preocupados por el destino de las 1.000 familias que dependen del shopping. No sabemos si lo venderán o si lo volverán a concesionar, pero aún nadie mandó una ley a la legislatura para autorizar esa operación. Hace dos años que estamos intentando que el Gobierno decida qué hacer». A fines de 2015, el gobierno porteño quiso tratar la venta del inmueble en la Legislatura, con la idea de obtener u$s60 millones, pero fracasó en su intento.
El Design es de los shoppings que menos ganancia le deja IRSA. El ejecutivo indica que «no es un activo estratégico, representa el 1,5% del Ebitda (ganancias antes de impuestos), cerca de u$s1,7 millón al año. No obstante, si podemos conservarlo, lo vamos a hacer para que no se pierdan las fuentes de trabajo». En la empresa confirman que abonan un canon mensual de $397.000.
Luz de alerta
Los más preocupados son los locatarios, que pagan de alquiler el equivalente a 5% de sus ingresos mensuales. Roberto Fontenla, dueño de Mobiliario Fontenla y presidente de CEMA, asegura que «faltan siete meses y no hay definición. IRSA responde que no tiene novedades, los contratos vencen y el Gobierno de la Ciudad tampoco da una respuesta. Encima estamos en un momento crítico. No tenemos rentabilidad desde hace casi cuatro años. Hoy ya sobrevivir es un desafío». Fontenla tiene siete locales y una planta con 190 trabajadores.
En este contexto, los locatarios buscan una definición del Gobierno porteño. Pero se encontrarán con un gran problema: el área de Concesiones que estaba bajo la órbita del Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología, pasó a formar parte del Ministerio de Economía que controla Martín Mura, y todavía no se ha nombrado al funcionario que puede dar una respuesta concreta.
Gabriel Campins, directivo de CEMA, sostiene que «hay muchos locales del Design que tienen fábrica y el cierre podría hacer peligrar a varias Pymes. Hay muchas plantas en el Polo Maderero de Hudson y en San Martín. Necesitamos una respuesta urgente». El ejecutivo asegura que «el sector está pasando un mal momento desde octubre de 2014. El 2016 fue de terror, nuestras ventas cayeron 30%. En 2017 se recuperaron 10% pero este año, todavía no pudimos arrancar. Entre las altas tasas de interés, la desaparición de las cuotas y el incremento de costos de la energía, este año es muy duro».
El dueño de Michael Thonel, Jorge Drimer, también está inquieto. «No nos responden nada. El local del Design me representa el 47% de la facturación. Tengo 47 personas en la planta, si me obligan a cerrarlo tendré que despedir personal, ya que me sobraría la mitad».